Al comienzo de la pandemia me apunté a un seminario gratuito de una prestigiosa universidad americana sobre «cómo crear sesiones de formación y clases online que realmente enganchen a los participantes».
Pues bien, el seminario gratuito de la prestigiosa universidad americana sobre «cómo crear sesiones de formación y clases online que realmente enganchen a los participantes» consistía en una presentación con diapositivas con un montón de texto y la cabeza del experto hablando en una ventanita en la esquina superior derecha.
Así 50 minutos. No lo podía creer.
Es como lo que escucho decir a veces al amigo Isra Bravo (le entrevisté en el episodio 28 del podcast): “no me digas que me vas a escribir unos textos que enamorarán a mis clientes. ¡Hazlo! Enamórame a mí con tus textos y demuéstramelo.”
Me quedé hasta el final del webinar. Me sentía como cuando eres adolescente, estás con tus colegas muerto de aburrimiento, pero no te quieres ir a casa por si de repente pasa algo increíble (que nunca sucede) y tu te lo pierdes.
Y efectivamente, aquí tampoco ocurrió nada interesante, salvo la enorme contradicción de que quién se supone que te va a enseñar es más aburrido que Roberto, un ficus benjamina que pillé el otro día en el Ikea.
«Muchas gracias por asistir a todos y adios».
Estoy convencido que tú también has sufrido alguna vez una de esas cabezas parlantes en una reunión online. Incluso, a lo mejor has sido una de ellas.
Salvo que el contenido sea muy (pero que muy) interesante cuesta mantener la atención. ¿Y por qué se produce este aburrimiento?
Nuestro cerebro está programado en general para detectar los cambios, el contraste y el movimiento. Le aburre lo estático.
Entonces Juanda ¿qué puedo hacer para evitar este efecto de «cabeza parlante» a la hora de presentar contenidos?
Hay muchísimas cosas que puedes hacer. Aquí te dejo 5 muy sencillas:
- Muéstrate. Si tienes que hacer una presentación, comparte también el video de tu webcam para que se te vea. No hay nada más aburrido que escuchar una voz mientras llevas 5 minutos viendo en la pantalla la misma diapositiva.
- Añade contraste. Piensa que eres un productor de televisión. «Ahora muestro mi imagen. Ahora una diapositiva. Activo vista de todos lo participantes para compartir opiniones. Vuelvo a mi imagen…» Eso sí, sin marear. Herramientas como OBS, Prezi Video o Mmhmm pueden ayudarte a conseguir un mayor dinamismo.
- Utiliza objetos. No siempre hace falta preparar diapositivas. Por ejemplo, un gerente podría escribir el objetivo de ventas anual en grande en un papel y mostrarlo a la cámara. O mejor aún, podría pedir primero a los participantes que intentaran adivinar y lo escribiesen ellos y lo mostraran a cámara.
- Usa las manos y el cuerpo cuando sea apropiado. Las manos y los gestos pueden reforzar tus palabras y añaden movimiento a la escena.
- Juega con la distancia a la webcam. ¿Quién te ha ordenado que te quedes en tu sitio sin moverte? Puedes crear sensación te intimidad acercándote a la cámara («os voy a contar un secreto…») o puedes alejarte, y explicar algo mostrándote de cuerpo entero.
Espero que estos sencillos consejos te ayuden a evitar convertirte en una cabeza parlante en tu próxima sesión de formación online.